lunes, 9 de noviembre de 2015

Cuando conocí el mar


Recuerdo la primera vez que fui al mar y pude sumergirme en él. Tanto me habían hablado de la gran mancha azul que para mí era fantástico poder estar frente a ella. Fue en Cartagena, en el año 2012 para ser exacta, cuando con dos amigas del colegio, emprendí una nueva aventura hacia tierra desconocida.

Íbamos en el carro hacia el hotel Nuevo Conquistador, donde pasaríamos los próximos siete días, cuando vi la gran masa de agua salada que se extendía por toda la playa y que golpeaba fuertemente la costa. Ver cómo el mar se desplegaba por kilómetros y se perdía ante mi vista me hizo entender que los seres humanos, ricos y pobres, somos individuos minúsculos e insignificantes comparados con su inmensidad.

Un millón de pensamientos cruzaron por mi cabeza e innumerables emociones me hicieron sentir extraña. Sentía miedo pues no quería ser devorada por tiburones la primera vez que viajaba sin mis padres y para completar no sabía nadar, cosa que aún no aprendo; también sentía alegría porque por primera vez en mi vida estaba tan maravillada que era incapaz de pronunciar palabra alguna.

Cuando llegamos al hotel nos registramos y subimos las maletas, estaba lista para ir allí, ver frente a frente el mar y poder sumergirme en él. Bloqueador, gafas, vestido de baño y listo, ya estaba preparada para tomar el ascensor y dirigirme a la playa. Llegar no nos tomó más de diez minutos pues teníamos el privilegio de hospedarnos muy cerca al mar y junto al imponente Hotel Hilton.

Estaba a menos de cincuenta metros de distancia cuando empecé a correr hacía él, sí, lo hice, como película de Hollywood solo que sin la música melancólica y la cámara lenta. Para mí, y sé que para muchos no, el mar de Cartagena es precioso, adornado con un radiante sol, una arena no muy suave y demasiado viento que despeinaba mi cabello.

Ese día prometí volver de nuevo, dije que estaría nuevamente frente a él, para poder contemplarlo en sus días turbios o en sus noches tranquilas, aún no vuelvo y sé que pasarán meses antes de regresar a allí, pero estoy muy segura de que lo haré y muy seguramente escribiré de él.

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